viernes, 12 de junio de 2015

BUENAS PRÁCTICAS DE SEGURIDAD DE PACIENTES

La Seguridad del Paciente es una prioridad de la atención en salud en nuestras instituciones, los incidentes y eventos adversos son la luz roja que alerta acerca de la existencia de una atención insegura.

Colombia impulsa una Política de Seguridad del Paciente, liderada por el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad de la Atención en Salud, cuyo objetivo es prevenir la ocurrencia de situaciones que afecten la seguridad del paciente, reducir y de ser posible eliminar la ocurrencia de Eventos Adversos para contar con instituciones seguras y competitivas internacionalmente; así, desde junio de 2008, el Ministerio de la Protección Social expidió los “Lineamientos para la implementación de la Política de Seguridad del Paciente.


Como parte de la misma Política de Seguridad del Paciente, el Ministerio de la Protección Social por medio de la Unidad Sectorial de Normalización, desarrollo un documento que recoge las prácticas mas relevantes desarrolladas en el ámbito de la Seguridad del Paciente, estamos hablando de la Guía Técnica “Buenas Prácticas para la seguridad del paciente en la atención en salud”, cuya orientación es brindar a las instituciones directrices técnicas para la operativización e implementación practica de los mencionados lineamientos en sus procesos asistenciales.


Existen a nivel mundial una serie de recomendaciones desarrolladas por varias comunidades médico científicas, acerca de las prácticas asistenciales que deberían desarrollarse para generar una atención segura para el paciente.
En nuestro país existe una sólida decisión por parte del Gobierno, prestadores y aseguradores de desarrollar procesos que garanticen a los usuarios una atención segura en las instituciones de salud. Por ello, antes que adoptar algunas buenas prácticas, a través de la Unidad Sectorial de Normalización, el Ministerio de la Protección Social convoco a toda la comunidad medico científica de Colombia, para desarrollar un documento que sirva de guía a las instituciones prestadoras de servicios de salud, acerca de las prácticas asistenciales mas seguras para los pacientes; este documento es una Guía Técnica en “Buenas Prácticas para la Seguridad del Paciente en la Atención en Salud”.

El propósito de la Guía Técnica es brindar a las instituciones recomendaciones técnicas, para la operativización e implementación práctica de los mencionados lineamientos en sus procesos asistenciales, recopila una serie de prácticas disponibles en la literatura médica que son reconocidas como prácticas que
incrementan la seguridad de los pacientes, bien sea porque cuentan con evidencia suficiente, o porque aunque no tienen suficiente evidencia, son recomendadas por diferentes grupos de expertos.

A continuación mencionamos  las BUENAS PRÁCTICAS DE SEGURIDAD DE PACIENTES OBLIGATORIAS EN EL SISTEMA ÚNICO DE HABILITACIÓN.

1. Contar con un Programa de Seguridad del Paciente que provea una adecuada caja de herramientas para la identificación y gestión de eventos adversos

En el mundo entero el reporte “Errar es humano” del Instituto de Medicina de los Estados Unidos es reconocido hoy cómo el documento que dio vida al movimiento mundial por la seguridad de los pacientes. En respuesta a este problema mundial, considerado como una verdadera epidemia, en 2004 la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó la antigua Alianza Mundial por la Seguridad de los paciente , hoy Programa de Seguridad del Paciente de la OMS y conminó a los países miembros a trabajar en el tema para evitar eventos adversos prevenibles. Desde entonces son gigantescos los esfuerzos que se realizan para mejorar la seguridad de la atención y numerosas las publicaciones internacionales evidenciando el problema y entregando soluciones.
Por ser la seguridad un atributo de la calidad, la institución debe adoptar a su interior una Política de seguridad inmersa en su Política de calidad. Dicha política debe estar basada en los siguientes lineamientos que sustentan su aparición: 
• En el entorno de la atención en salud, las condiciones de trabajo, los riesgos y los pacientes cambian constantemente, lo cual favorece la aparición de eventos adversos: 
• Los eventos adversos no son usualmente culpa de las personas. Las instituciones deben considerar la posibilidad de error humano y de fallas en los procesos, cuando los mismos son diseñados. 
• Evitar los daños por error es responsabilidad de cada uno en su puesto de trabajo 
 • Es mucho más fácil cambiar el diseño de los sistemas que el comportamiento rutinario de las personas. 
• Aunque los daños involuntarios a los pacientes no son inevitables, en su mayoría sí se pueden prevenir 
• La seguridad del paciente NO SE LOGRA creando un nuevo set de normas, ni diciéndoles a las personas: que por favor, sean más cuidadosos.
• La política de seguridad debe buscar que los profesionales de la salud desarrollen un comportamiento seguro deseado. Este se caracteriza por: 
- Permitir que sea el experto quien haga las cosas 
- Confiar cada vez menos en la memoria 
- Gestionar el riesgo de cada actividad 
- Alertar sin miedo sobre el error 
- Compartir el aprendizaje 
- Ante la duda, pedir ayuda 
- o Adhesión a las guías de práctica clínica 
- Adhesión a las guías de procedimientos de enfermería 
- Adhesión a las listas de chequeo que verifican la adherencia a las prácticas seguras 


2. Monitorización de aspectos relacionados con la  Seguridad del Paciente
En el diseño de su programa de seguridad de paciente, la organización debe definir las acciones proactivas y retroactivas necesarias para monitorizar el éxito del mismo. Entre ellas, la fármaco-vigilancia, la tecno-vigilancia y la hemo-vigilancia, al igual que los indicadores a medir, la metodología de medición y el modelo de análisis de eventos adversos juegan un papel fundamental. Las acciones de vigilancia proactiva al cumplimiento de las barreras de defensa implementadas para evitar la ocurrencia de eventos adversos, la medición planeada, continúa y sistemática de los indicadores de proceso y resultado definidos en el programa de seguridad del paciente y el análisis de los eventos reportados, proveen a la organización los datos necesarios para diseñar, implementar y optimizar continuamente las acciones de mejoramiento. En ese propósito, es fundamental que el diseño de estas acciones se realice en consenso con los empleados que atienden directamente a los pacientes. La nueva medición y análisis dará continuidad al mejoramiento institucional.
Se debe fomentar la cultura del reporte de eventos adversos. El éxito de la cultura de reporte de eventos adversos radica en que de cada 300 incidentes, 30 se convierten en eventos adverso leve o moderado y 1 puede convertirse en un evento adverso grave. 

La OMS considera que en el concepto de calidad en servicios de salud deben estar presentes los siguientes atributos: alto nivel de excelencia profesional, uso eficiente de los recursos, mínimo riesgo para el paciente, alto grado de satisfacción por parte del paciente lo que redunde en un impacto final de la salud.

3.  Detección, prevención y reducción de Infecciones Asociadas a la Atención en Salud
Es de muy importante detectar, prevenir y reducir las infecciones relacionadas con la atención en salud debido a su gran impacto por el riesgo de morbimortalidad en los pacientes así como la elevada carga económica para los sistemas de salud. 
El riesgo de padecer IAAS es mayor en países en desarrollo que en países desarrollados. 

La mayoría de las IAAS se pueden prevenir con la aplicación de medidas simples, económicas y eficaces como la apropiada higiene de las manos en el momento oportuno. 
Las medidas para la prevención de las IAAS requieren una mayor responsabilización y un cambio de conducta por parte del personal de salud. 
Para poder realizar un seguimiento adecuado a estas infecciones es necesario disponer de datos confiables por medio del fortalecimiento de los sistemas de vigilancia y reporte a nivel mundial. 
La higiene de manos ha mostrado ser una de las principales barreras para la prevención de las IAAS. 
El uso racional de antibióticos aporta en gran medida contribuyendo a la disminución del a resistencia bacteriana.

4. Mejorar la seguridad en la Utilización de Medicamentos
El manejo de medicamentos es un proceso complejo en el que intervienen muchas personas y diferentes profesionales; para hacerlo de forma segura se debe abordar desde el inicio del proceso hasta la monitorización de los efectos del medicamento sobre el paciente. 
La farmacovigilancia activa se ha constituido en la actualidad en un importante actor en el proceso de gestión de medicamentos, desde la planeación hasta la monitoria del proceso, apoyando al resto de profesionales y participando activamente en la toma de decisiones internas en las instituciones, para garantizar la seguridad del uso de medicamentos. Se debe trabajar con mayor consciencia en la participación del equipo de salud en la notificación de eventos adversos por medicamentos, dada la magnitud del daño que estos errores producen en el paciente, los profesionales y las instituciones de salud.
La mejor forma de enfrentar el reto y mejorar la seguridad del paciente es abordar los análisis de posibles eventos adversos de manera metódica y sistemática, socializándolos abiertamente dentro de la institución y haciendo el seguimiento al cumplimiento de los planes de mejora establecidos por el análisis. 
La creación de una cultura de seguridad es decisiva para progresar en la mejora de la seguridad de los pacientes; esta se fortalece cuando se evidencia en las instituciones el concepto de cultura justa, y no el concepto de buscar un culpable para el error, que es lo que conlleva a no informarlos incidentes y, con mayor razón, eventos adversos.

5. Asegurar la correcta Identificación del Paciente en los servicios asistenciales
Independientemente de la tecnología o el enfoque empleado para identificar a los pacientes con exactitud, la planificación cuidadosa de los procesos de atención asegurará la debida identificación del paciente antes de cualquier intervención médica y proporcionará una atención más segura, con, considerablemente, menos errores.
Existen nuevas tecnologías que pueden mejorar la identificación del paciente, por ejemplo los códigos de barras. 
Se debe educar a los pacientes sobre la relevancia de la correcta identificación e incorporar a los procesos de capacitación institucionales permanentes a todos los funcionarios. 
Las políticas y los procedimientos de la organización deben reforzar la utilización de una práctica de identificación del paciente consistente en todas las situaciones y en todas las áreas de la institución.


6. Mejorar la seguridad en los Procedimientos Quirúrgicos
La seguridad en los procedimientos quirúrgicos no se debe enfocar simplemente en la aplicación de listas de verificación o chequeo; es importante motivar en el personal asistencial y administrativo una cultura de seguridad, que se refleje en todas sus actuaciones en la atención del paciente. 
Es imprescindible, en todas las instituciones que ofrecen servicios de cirugía, contar con programas de educación continua, entrenamiento y reentrenamiento en todas las áreas del conocimiento relacionado con el quehacer en salas de procedimientos quirúrgicos(de alta, media o baja complejidad)
El compromiso de la organización a nivel gerencial y administrativo es primordial, ya que ellos son quienes toman decisiones estratégicas en el mejoramiento de los servicios, las cuales deben siempre tener en cuenta la seguridad del paciente. 

Los procedimientos quirúrgicos, no se realizan únicamente en los quirófanos de las salas de cirugía; es necesario incluir en la socialización de este paquete instruccional a odontólogos, gastroenterólogos, radiólogos intervencionistas, quienes realizan procedimientos en salas especializadas de baja o mediana complejidad.
  
7. Procesos para la Prevención y Reducción de Caídas
Las caídas ocurren frecuentemente durante los procesos de atención en salud y los pacientes que más se caen son los ancianos. Cualquier herramienta a utilizar para la identificación de los riesgos de caídas deber ser válida en el lugar y población de aplicación. 
Las caídas de los pacientes están asociadas con gastos adicionales originando exceso financiero y sobrecostos, además de deterioro de su estado de salud. 
La entrega de información de los diferentes centros comunitarios o sitios de residencia a los hospitales de atención de urgencia, puede disminuir la duplicación innecesaria de las evaluaciones del riesgo y facilitar continuar con las intervenciones que se estén llevando.
Las caídas de los pacientes hospitalizados son los eventos adversos más comunes y conllevan a heridas de los pacientes, aumento de permanencia de las personas en el hospital, aumentan los costos del cuidado médico, pleitos y son focos negativos de seguridad del paciente y la calidad del cuidado de salud. Las lesiones son la quinta causa de muerte en los adultos mayores de 65 años, después de enfermedades cardiovasculares, cáncer, infarto, y causas respiratorias.


8. Prevenir las Úlceras por Presión
Las prácticas más eficientes para evitar la presencia de UPP van dirigidas a la prevención. Inician con la valoración del riesgo enfocado en la movilidad del paciente, control de esfínteres, déficit sensorial y el estado nutricional. Para la prevención y el manejo de la Úlceras por Presión hay que tener en cuenta que el origen de las úlceras es multifactorial, que tiene factores causales, pero también factores de riesgo con valor predictivo; además, el pronóstico de las úlceras es variable, puesto que, si tiene inmovilidad transitoria, el pronóstico depende de la enfermedad aguda, pero si es una inmovilidad crónica, el pronóstico depende de la enfermedad de base.
Las Úlceras por Presión (UPP) incrementan los costos de la atención; estos costos pueden ser menores, si se instauran medidas preventivas y programas institucionales orientados a evitar su aparición en los pacientes con riesgo a padecerlas, impactando, no solo la buena práctica, sino que también mitigan aspectos legales y demandas. Los planes de cuidado estandarizados o individualizados, junto con el examen inicial de la piel, emplear estrategias tempranas de prevención de úlceras y la adhesión a los protocolos de prevención han demostrado ser muy efectivos en la prevención de las Úlceras por Presión (UPP).

9. Garantizar la atención segura del Binomio Madre-Hijo

La mortalidad materna es un indicador de gran importancia pues refleja la efectividad de los sistemas de salud en la atención al evento obstétrico desde el embarazo hasta el puerperio 
El 99% de las muertes maternas tienen lugar en las regiones menos desarrolladas y la mayor parte se debe a insuficiente atención médica en el momento del parto 
La atención oportuna y especializada durante la gestación (prenatal), el parto y el puerperio es un factor crucial en la prevención de las muertes maternas y de recién nacidos, por esto las prácticas seguras enfocadas a este aspecto se consideran de alto impacto 
La mortalidad materna a nivel mundial ha disminuido aproximadamente en un 45% con respecto a 1990, sin embargo es necesario fortalecer las intervenciones institucionales para alcanzar la meta propuesta por la ONU para 2015 
El control prenatal tiene como objetivos: La identificación de factores de riesgo, diagnóstico de la edad gestacional, identificación de la condición y crecimiento fetal, identificación de la condición materna y educación materna y a su núcleo familiar en actividades de promoción y prevención.
Se requiere realizar intervenciones para promover la maternidad sin riesgos en todos los niveles del sistema de salud. Las investigaciones han demostrado que se puede lograr un efecto considerable si se mejora la calidad de los servicios existentes, se invierte en elevar las destrezas y capacidad de los proveedores de la atención en salud y se optimizan los sistemas de remisión de pacientes. 


10. Prevenir complicaciones asociadas a la Transfusión Sanguínea


Es necesario que las instituciones que presten el servicio de transfusión sanguínea, cuenten con mecanismos que permitan garantizar al usuario final, la seguridad de estar recibiendo un producto que ha sido verificado desde todos los ámbitos, para evitar la presentación de eventos adversos. • Es imprescindible para los bancos de sangre y servicios de transfusión contar con un sistema de gestión de calidad que incluya desarrollar acciones preventivas o correctivas y de mejoramiento continuo, fundamentado en una adecuada monitorización, a través de los indicadores, de las situaciones que pudieran estar afectando la prestación del servicio a los usuarios. • Dentro de la presentación de eventos adversos por errores del personal clínico, se evidencia que los factores contributivos que más intervienen están relacionados con competencias genéricas del equipo de trabajo entre las cuales se destaca la comunicación ineficaz, incumplimiento de responsabilidades adquiridas, poco trabajo colaborativo. Por lo tanto es necesario que dentro de los programas de capacitación de las instituciones, se desarrollen temáticas referentes a reforzar estas competencias.
Se debe motivar la cultura de reporte de eventos en todo el personal y la importancia de documentar y notificar, para poder realizar un análisis completo y adecuado de las situaciones que se presentan y del manejo que se les da a las mismas. Es decir realizar un abordaje integral del problema, sus causas, sus efectos y su resolución. • Todo el personal que interviene en el proceso de transfusión de componentes sanguíneos debe estar capacitado para saber actuar en caso de que se presenten reacciones adversas, tanto en su detección como en su manejo y resolución, con el objetivo de minimizar los daños que se puedan ocasionar al paciente.

Tomado de Buenas Prácticas de Seguridad del Paciente