Colombia impulsa una Política de Seguridad del Paciente, liderada por el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad de la Atención en Salud, cuyo objetivo es prevenir la ocurrencia de situaciones que afecten la seguridad del paciente, reducir y de ser posible eliminar la ocurrencia de Eventos Adversos para contar con instituciones seguras y competitivas internacionalmente; así, desde junio de 2008, el Ministerio de la Protección Social expidió los “Lineamientos para la implementación de la Política de Seguridad del Paciente.
Como parte de la misma Política de Seguridad del Paciente, el Ministerio de la Protección Social por medio de la Unidad Sectorial de Normalización, desarrollo un documento que recoge las prácticas mas relevantes desarrolladas en el ámbito de la Seguridad del Paciente, estamos hablando de la Guía Técnica “Buenas Prácticas para la seguridad del paciente en la atención en salud”, cuya orientación es brindar a las instituciones directrices técnicas para la operativización e implementación practica de los mencionados lineamientos en sus procesos asistenciales.
Existen a nivel mundial una serie de recomendaciones desarrolladas por varias comunidades médico científicas, acerca de las prácticas asistenciales que deberían desarrollarse para generar una atención segura para el paciente.
En nuestro país existe una sólida decisión por parte del Gobierno, prestadores y aseguradores de desarrollar procesos que garanticen a los usuarios una atención segura en las instituciones de salud. Por ello, antes que adoptar algunas buenas prácticas, a través de la Unidad Sectorial de Normalización, el Ministerio de la Protección Social convoco a toda la comunidad medico científica de Colombia, para desarrollar un documento que sirva de guía a las instituciones prestadoras de servicios de salud, acerca de las prácticas asistenciales mas seguras para los pacientes; este documento es una Guía Técnica en “Buenas Prácticas para la Seguridad del Paciente en la Atención en Salud”.
El propósito de la Guía Técnica es brindar a las instituciones recomendaciones técnicas, para la operativización e implementación práctica de los mencionados lineamientos en sus procesos asistenciales, recopila una serie de prácticas disponibles en la literatura médica que son reconocidas como prácticas que
incrementan la seguridad de los pacientes, bien sea porque cuentan con evidencia suficiente, o porque aunque no tienen suficiente evidencia, son recomendadas por diferentes grupos de expertos.
A continuación mencionamos las BUENAS PRÁCTICAS DE SEGURIDAD DE PACIENTES OBLIGATORIAS EN EL SISTEMA ÚNICO DE HABILITACIÓN.
1. Contar con un Programa de Seguridad del Paciente que provea una adecuada caja de herramientas para la identificación y gestión de eventos adversos
En el mundo entero el reporte “Errar es humano” del Instituto de Medicina de los
Estados Unidos es reconocido hoy cómo el documento que dio vida al movimiento
mundial por la seguridad de los pacientes. En respuesta a este problema mundial,
considerado como una verdadera epidemia, en 2004 la Organización Mundial de
la Salud (OMS) creó la antigua Alianza Mundial por la Seguridad de los paciente ,
hoy Programa de Seguridad del Paciente de la OMS y conminó a los países miembros
a trabajar en el tema para evitar eventos adversos prevenibles. Desde entonces son
gigantescos los esfuerzos que se realizan para mejorar la seguridad de la atención
y numerosas las publicaciones internacionales evidenciando el problema y entregando
soluciones.
Por ser la seguridad un atributo de la calidad, la institución debe adoptar a su interior
una Política de seguridad inmersa en su Política de calidad. Dicha política debe
estar basada en los siguientes lineamientos que sustentan su aparición:
• En el entorno de la atención en salud, las condiciones de trabajo, los riesgos y
los pacientes cambian constantemente, lo cual favorece la aparición de eventos
adversos:
• Los eventos adversos no son usualmente culpa de las personas. Las instituciones
deben considerar la posibilidad de error humano y de fallas en los procesos,
cuando los mismos son diseñados.
• Evitar los daños por error es responsabilidad de cada uno en su puesto de trabajo
• Es mucho más fácil cambiar el diseño de los sistemas que el comportamiento rutinario
de las personas.
• Aunque los daños involuntarios a los pacientes no son inevitables, en su mayoría
sí se pueden prevenir
• La seguridad del paciente NO SE LOGRA creando un nuevo set de normas, ni
diciéndoles a las personas: que por favor, sean más cuidadosos.
• La política de seguridad debe buscar que los profesionales de la salud desarrollen
un comportamiento seguro deseado. Este se caracteriza por:
- Permitir que sea el experto quien haga las cosas
- Confiar cada vez menos en la memoria
- Gestionar el riesgo de cada actividad
- Alertar sin miedo sobre el error
- Compartir el aprendizaje
- Ante la duda, pedir ayuda
- o Adhesión a las guías de práctica clínica
- Adhesión a las guías de procedimientos de enfermería
- Adhesión a las listas de chequeo que verifican la adherencia a las prácticas seguras
2. Monitorización de aspectos relacionados con la Seguridad del Paciente
En el diseño de su programa de seguridad de paciente,
la organización debe definir las acciones proactivas y retroactivas
necesarias para monitorizar el éxito del mismo.
Entre ellas, la fármaco-vigilancia, la tecno-vigilancia y la
hemo-vigilancia, al igual que los indicadores a medir, la
metodología de medición y el modelo de análisis de eventos
adversos juegan un papel fundamental. Las acciones
de vigilancia proactiva al cumplimiento de las barreras de
defensa implementadas para evitar la ocurrencia de eventos
adversos, la medición planeada, continúa y sistemática
de los indicadores de proceso y resultado definidos en el
programa de seguridad del paciente y el análisis de los
eventos reportados, proveen a la organización los datos
necesarios para diseñar, implementar y optimizar continuamente
las acciones de mejoramiento.
En ese propósito, es fundamental que el diseño de estas
acciones se realice en consenso con los empleados que
atienden directamente a los pacientes. La nueva medición y
análisis dará continuidad al mejoramiento institucional.
Se debe fomentar la cultura del reporte de eventos adversos. El éxito de la cultura de reporte de eventos adversos radica en que de cada 300 incidentes, 30 se convierten en eventos adverso leve o moderado y 1 puede convertirse en un evento adverso grave.
La OMS considera que en el concepto de calidad en servicios de salud deben estar presentes los siguientes atributos: alto nivel de excelencia profesional, uso eficiente de los recursos, mínimo riesgo para el paciente, alto grado de satisfacción por parte del paciente lo que redunde en un impacto final de la salud.
3. Detección, prevención y reducción de Infecciones Asociadas a la Atención en Salud
Es de muy importante detectar, prevenir y reducir las infecciones
relacionadas con la atención en salud debido a
su gran impacto por el riesgo de morbimortalidad en los
pacientes así como la elevada carga económica para los
sistemas de salud.
El riesgo de padecer IAAS es mayor en países en desarrollo
que en países desarrollados.
La mayoría de las IAAS se pueden prevenir con la aplicación
de medidas simples, económicas y eficaces como la
apropiada higiene de las manos en el momento oportuno.
Las medidas para la prevención de las IAAS requieren una
mayor responsabilización y un cambio de conducta por
parte del personal de salud.
Para poder realizar un seguimiento adecuado a estas infecciones
es necesario disponer de datos confiables por medio
del fortalecimiento de los sistemas de vigilancia y reporte a
nivel mundial.
La higiene de manos ha mostrado ser una de las principales
barreras para la prevención de las IAAS.
El uso racional de antibióticos aporta en gran medida contribuyendo
a la disminución del a resistencia bacteriana.
4. Mejorar la seguridad en la Utilización de Medicamentos
El manejo de medicamentos es un proceso complejo en el
que intervienen muchas personas y diferentes profesionales;
para hacerlo de forma segura se debe abordar desde
el inicio del proceso hasta la monitorización de los efectos
del medicamento sobre el paciente.
La farmacovigilancia activa se ha constituido en la actualidad
en un importante actor en el proceso de gestión de
medicamentos, desde la planeación hasta la monitoria del
proceso, apoyando al resto de profesionales y participando
activamente en la toma de decisiones internas en las
instituciones, para garantizar la seguridad del uso de medicamentos.
Se debe trabajar con mayor consciencia en la participación
del equipo de salud en la notificación de eventos adversos
por medicamentos, dada la magnitud del daño que
estos errores producen en el paciente, los profesionales y
las instituciones de salud.
La mejor forma de enfrentar el reto y mejorar la seguridad
del paciente es abordar los análisis de posibles eventos
adversos de manera metódica y sistemática, socializándolos
abiertamente dentro de la institución y haciendo el
seguimiento al cumplimiento de los planes de mejora establecidos
por el análisis.
La creación de una cultura de seguridad es decisiva para
progresar en la mejora de la seguridad de los pacientes;
esta se fortalece cuando se evidencia en las instituciones el
concepto de cultura justa, y no el concepto de buscar un
culpable para el error, que es lo que conlleva a no informarlos
incidentes y, con mayor razón, eventos adversos.
5. Asegurar la correcta Identificación del Paciente en los servicios asistenciales
Independientemente de la tecnología o el enfoque empleado
para identificar a los pacientes con exactitud, la planificación
cuidadosa de los procesos de atención asegurará
la debida identificación del paciente antes de cualquier
intervención médica y proporcionará una atención más
segura, con, considerablemente, menos errores.
Existen nuevas tecnologías que pueden mejorar la identificación
del paciente, por ejemplo los códigos de barras.
Se debe educar a los pacientes sobre la relevancia de la
correcta identificación e incorporar a los procesos de capacitación
institucionales permanentes a todos los funcionarios.
Las políticas y los procedimientos de la organización deben
reforzar la utilización de una práctica de identificación
del paciente consistente en todas las situaciones y en
todas las áreas de la institución.
6. Mejorar la seguridad en los Procedimientos Quirúrgicos
La seguridad en los procedimientos quirúrgicos no se debe
enfocar simplemente en la aplicación de listas de verificación
o chequeo; es importante motivar en el personal
asistencial y administrativo una cultura de seguridad, que
se refleje en todas sus actuaciones en la atención del paciente.
Es imprescindible, en todas las instituciones que ofrecen
servicios de cirugía, contar con programas de educación
continua, entrenamiento y reentrenamiento en todas las
áreas del conocimiento relacionado con el quehacer en
salas de procedimientos quirúrgicos(de alta, media o baja
complejidad)
El compromiso de la organización a nivel gerencial y administrativo
es primordial, ya que ellos son quienes toman
decisiones estratégicas en el mejoramiento de los servicios,
las cuales deben siempre tener en cuenta la seguridad del
paciente.
Los procedimientos quirúrgicos, no se realizan únicamente
en los quirófanos de las salas de cirugía; es necesario
incluir en la socialización de este paquete instruccional a
odontólogos, gastroenterólogos, radiólogos intervencionistas,
quienes realizan procedimientos en salas especializadas
de baja o mediana complejidad.
7. Procesos para la Prevención y Reducción de Caídas
Las caídas ocurren frecuentemente durante los procesos de
atención en salud y los pacientes que más se caen son los
ancianos.
Cualquier herramienta a utilizar para la identificación de los
riesgos de caídas deber ser válida en el lugar y población
de aplicación.
Las caídas de los pacientes están asociadas con gastos adicionales
originando exceso financiero y sobrecostos, además
de deterioro de su estado de salud.
La entrega de información de los diferentes centros comunitarios
o sitios de residencia a los hospitales de atención de
urgencia, puede disminuir la duplicación innecesaria de las
evaluaciones del riesgo y facilitar continuar con las intervenciones
que se estén llevando.
Las caídas de los pacientes hospitalizados son los eventos
adversos más comunes y conllevan a heridas de los pacientes,
aumento de permanencia de las personas en el hospital,
aumentan los costos del cuidado médico, pleitos y son focos
negativos de seguridad del paciente y la calidad del cuidado
de salud.
Las lesiones son la quinta causa de muerte en los adultos
mayores de 65 años, después de enfermedades cardiovasculares,
cáncer, infarto, y causas respiratorias.
8. Prevenir las Úlceras por Presión
Las prácticas más eficientes para evitar la presencia de UPP
van dirigidas a la prevención. Inician con la valoración del
riesgo enfocado en la movilidad del paciente, control de
esfínteres, déficit sensorial y el estado nutricional.
Para la prevención y el manejo de la Úlceras por Presión
hay que tener en cuenta que el origen de las úlceras es
multifactorial, que tiene factores causales, pero también
factores de riesgo con valor predictivo; además, el pronóstico
de las úlceras es variable, puesto que, si tiene inmovilidad
transitoria, el pronóstico depende de la enfermedad
aguda, pero si es una inmovilidad crónica, el pronóstico
depende de la enfermedad de base.
Las Úlceras por Presión (UPP) incrementan los costos de la
atención; estos costos pueden ser menores, si se instauran
medidas preventivas y programas institucionales orientados
a evitar su aparición en los pacientes con riesgo a
padecerlas, impactando, no solo la buena práctica, sino
que también mitigan aspectos legales y demandas.
Los planes de cuidado estandarizados o individualizados,
junto con el examen inicial de la piel, emplear estrategias
tempranas de prevención de úlceras y la adhesión a los
protocolos de prevención han demostrado ser muy efectivos
en la prevención de las Úlceras por Presión (UPP).
9. Garantizar la atención segura del Binomio Madre-Hijo
La mortalidad materna es un indicador de gran importancia
pues refleja la efectividad de los sistemas de salud en la
atención al evento obstétrico desde el embarazo hasta el
puerperio
El 99% de las muertes maternas tienen lugar en las regiones
menos desarrolladas y la mayor parte se debe a insuficiente
atención médica en el momento del parto
La atención oportuna y especializada durante la gestación
(prenatal), el parto y el puerperio es un factor crucial
en la prevención de las muertes maternas y de recién
nacidos, por esto las prácticas seguras enfocadas a este
aspecto se consideran de alto impacto
La mortalidad materna a nivel mundial ha disminuido
aproximadamente en un 45% con respecto a 1990, sin
embargo es necesario fortalecer las intervenciones
institucionales para alcanzar la meta propuesta por la
ONU para 2015
El control prenatal tiene como objetivos: La identificación
de factores de riesgo, diagnóstico de la edad gestacional,
identificación de la condición y crecimiento fetal, identificación
de la condición materna y educación materna
y a su núcleo familiar en actividades de promoción y
prevención.
Se requiere realizar intervenciones para promover la maternidad
sin riesgos en todos los niveles del sistema de salud. Las
investigaciones han demostrado que se puede lograr un
efecto considerable si se mejora la calidad de los servicios
existentes, se invierte en elevar las destrezas y capacidad
de los proveedores de la atención en salud y se optimizan
los sistemas de remisión de pacientes.
10. Prevenir complicaciones asociadas a la Transfusión Sanguínea
Es necesario que las instituciones que presten el servicio
de transfusión sanguínea, cuenten con mecanismos que
permitan garantizar al usuario final, la seguridad de estar
recibiendo un producto que ha sido verificado desde
todos los ámbitos, para evitar la presentación de eventos
adversos.
• Es imprescindible para los bancos de sangre y servicios
de transfusión contar con un sistema de gestión de calidad
que incluya desarrollar acciones preventivas o correctivas
y de mejoramiento continuo, fundamentado en una adecuada
monitorización, a través de los indicadores, de las
situaciones que pudieran estar afectando la prestación del
servicio a los usuarios.
• Dentro de la presentación de eventos adversos por errores
del personal clínico, se evidencia que los factores contributivos
que más intervienen están relacionados con competencias
genéricas del equipo de trabajo entre las cuales
se destaca la comunicación ineficaz, incumplimiento de
responsabilidades adquiridas, poco trabajo colaborativo.
Por lo tanto es necesario que dentro de los programas de
capacitación de las instituciones, se desarrollen temáticas
referentes a reforzar estas competencias.
Se debe motivar la cultura de reporte de eventos en todo
el personal y la importancia de documentar y notificar,
para poder realizar un análisis completo y adecuado de
las situaciones que se presentan y del manejo que se les
da a las mismas. Es decir realizar un abordaje integral del
problema, sus causas, sus efectos y su resolución.
• Todo el personal que interviene en el proceso de transfusión
de componentes sanguíneos debe estar capacitado
para saber actuar en caso de que se presenten reacciones
adversas, tanto en su detección como en su manejo y
resolución, con el objetivo de minimizar los daños que se
puedan ocasionar al paciente.
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